Cuando el amor toca nuestra vida
cambia la perspectiva con la cual ves la vida, ¿porque en esta entrada decido
hablar del amor? Porque muchas personas que tienen vitíligo creen que no conseguirán
a una persona que los amen tal cual son; cuando hay muchas inseguridades,
tristezas y traumas a causa del vitíligo, llegamos a pensar que nunca nos
amaran de verdad, que debemos resignarnos a estar solos y tristes, La verdad es
que el miedo a ser sinceros sobre el vitíligo que está en nosotros nos
enmudece, nos endurece y nos aísla, a tal punto que creemos que no merecemos un
poco de amor en nuestras vidas.
El amor es sufrido, el amor es
benigno, el amor no es jactancioso, el amor no busca lo suyo propio, el amor también
fue hecho para nosotros, ¡sí! para nosotros que tenemos vitíligo, cuando decidimos
romper las barreras que nosotros armamos por esta condición, cuando decidimos
liberarnos de todas estas ataduras y mostrarnos tal cual somos, la gente
comienza a fijarse en esa persona interior, cuando el vitíligo ya no nos detiene,
comienza a fluir una personalidad única y encantadora que es capaz de enlazar a
su alma gemela con tan solo una mirada. Queridos
amigos, si existe la persona que Dios diseño para ti, solo tienes que dejarte
llevar por la libertad, no ser un preso en tu propio cuerpo, merecemos ser
felices, merecemos amar y ser amados, merecemos aceptarnos tal cual somos,
merecemos salir y divertirnos, merecemos reír, merecemos tantas cosas que nos
haga felices, pero ante todo debemos romper las barreras que nos oprimen.
No te menosprecies por tener vitíligo,
siempre se sincero con la otra persona y da lo mejor de ti, enamórate con todas
tus fuerzas, si te desechan sufre un poco pero no tanto, esas son cuestiones
pasajeras del amor, seamos libres como las aves. Escribo esto e imagino a
tantos de ustedes saliendo a la luz, conociendo personas, haciendo nuevos
amigos, hagan que conozcan su personalidad exquisita e inigualable. Ya no
estamos en el anonimato, ya la sociedad empezó a saber de nosotros, ya hay
figuras públicas con esta condición, pero mientras viene la solución seamos
felices, agradezcamos a Dios cada día, busquemos a nuestra alma gemela y
dejemos que el amor nos sane por dentro, que el amor hacia los demás contagie alegría
y por último que el amor que recibamos repigmente los corazones descoloridos.
Saludos desde Venezuela,
Jesus
Miguel Cova Guevara
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